Todo, el ciudadano infaltable.
El cielo era un campo de batalla, los rayos y las negras nubes se debatían el dominio sobre el firmamento enfurecidamente, mientra atentaban en forma violenta contra la tierra. Mientras duro la guerra, los ciudadanos de la Villa estaban demasiado preocupados refugiándose como para notar cualquier otro cambio sustancial. Mas, cuando esta pasó, y una vez mas se repitió el glorioso ciclo infinito del agua: los males que aquejaban a los ciudadanos parecieron evaporarse al igual que el agua ya rancia de la lluvia.
Paulatina e inevitablemente se dieron cuenta de que alguien faltaba, Todo se había perdido. Se encontraban incómodos, extrañados por el hecho de no poder percivir algo que desde siempre había estado allí con ellos, como si de pronto no pudiéramos sentir el calor, algo inesperado e impensable. Todo era un elemento fundamental en la Villa. Todo nunca faltaba.
Instantáneamente comenzaron a extrañarlo, y acto siguiente lo buscaron por cada rincón por mas inhóspito que pareciera: dentro de cada frasco, debajo de cada roca, en el fondo de cada lago o riacho, zambullido en cada almohada de cada casilla.
El villano mas inteligente de todos razono algo muy lógico: “Queridos amigos ciudadanos, paren esta enloquecida búsqueda, esto es tan simple que no podemos comprenderlo, dejemos de buscar a Todo en cada lugar de la Villa y pensemos a que sitios puede ir Todo. Como es de publico conocimiento, no hay muchos lugares que alberguen Todos”. Inmediatamente el resto de los ciudadanos reflexionó sobre la pregunta en cuestión, no solo para intentar imaginar que lugar tan interesante podía existir para Todo como para abandonarlos, sino para tratar de comprender donde podría esconderse un Todo para que nadie lo viera, eso era algo incluso inimaginable, y eso que Todo es imaginable.
Fracasando en sus intentos, no podían debelar el intrincado enigma. Todo siempre había sido tan… tan… abarcativo. Los ciudadanos vivían en Todo. Todo era el más grande de Todos, ¿Cómo era posible perderlo?.
“¿Donde se refugia lo que hace que Todo este lleno de sentido?, por que en este momento, Todo estaba vacío, vacío de Todo, entonces tal vez por eso esta demasiado chiquitito y ya no abarca a los ciudadanos de esta Villa”, propuso otro villano.
Un pequeño niño angelical creyó ver a Todo. Comentando con los demás dijo que lo había visto muy extraño, algo borroso, como a través del agua, y que se había dado cuenta de que ya no era nada, de que se estaba esfumado, evaporado lentamente, como la lluvia, como un viejo fantasma.
Lo difícil no fue admitir que Todo había desaparecido, sino asumir que no había ningún espacio en todo el universo que contuviera Todos, ¿A dónde se va Todo cuando ya no lo podemos encontrar?